Ir al contenido principal

Aprender a amar cuando no sabemos cómo hacerlo.

Todos conocemos a  alguna mujer “abnegada”. Es más, probablemente, muchos crecimos al lado de una madre, abuela o bisabuela que seguramente fueron abnegadas y sumisas, que lo toleraron todo y a quienes, inconscientemente, no nos atrevemos a “traicionar” siendo diferentes. Entonces empezamos a imitarlas. Afortunadamente, infancia no es destino.
Muchas mujeres crecimos con muñecas y pequeñas vajillas de juguete, mientras que nuestros hermanos crecían con aviones y autos a escala, aprendiendo desde entonces el rol que debíamos ejercer cuando creciéramos. El ser los proveedores, en el caso de los varones, y en el caso de las mujeres, ser las mejores esposas, las mejores madres, las mejores cocineras… pero ¿también las mejores profesionistas? en el caso de las mujeres: muy cuestionable. Eso quizá no. Pareciera que de manera concisa pero inconsciente, nuestras familias de origen nos educaron para no tener autodependencia económica, ni emocional. Atributos que resultan indispensables para convertirnos en adultos, Nos educaron sin tener acceso a ellos de modo que dependiéramos no sólo emocional sino también económicamente de alguien más.
Pero no hay de qué preocuparse, que aunque no hayamos crecido educadas para poder asumir el rol de mujeres exitosas, emprendedoras y empresarias, muchas lo somos. Sólo que inconscientemente siempre nos sentimos atribuladas por la consigna heredada y no cumplida: Ser las mejores esposas y madres. Las que cocinan y esperan en casa. Romper con los paradigmas generacionales genera mucha culpa.
Recordemos a Richard Bach en su extraordinario libro ‘Juan Salvador Gaviota’ donde nos cuenta la historia de una gaviota que fue criticada por ser diferente y conminada por sus propios padres a ser igual a las gaviotas de la parvada a la que pertenecía. Y a pesar del rechazo y la expulsión, Juan Salvador Gaviota,  ELIGIÓ ser diferente y pagó los precios. Lo hizo. Y eso marcó toda la diferencia.
Tenemos que encontrar el camino correcto, lleno de decisiones asertivas y desafíos que nos obliguen a usar estas decisiones. Decisiones que nos convierten en mujeres (y hombres) que NOS AMEMOS demasiado para entonces, y sólo entonces, dar amor auténtico a quienes integren nuestro universo emocional.
Pero el problema es, ¿cómo lograr hacer esto? Y la solución está en aprender. Porque aprender es cambiar. Cambiar de respuesta ante el mismo estímulo. El estímulo es el AMOR. El estimulo es el amar de manera correcta.
Te recomiendo que a partir de ahora, tengas a la mano un cuaderno y una pluma que te acompañarán y te servirán para hacer anotaciones en tu diario, hasta la última página, para hacer de la lectura de este libro una verdadera labor terapéutica a través de su lectura.
 También te recomiendo que para empezar tu DIARIO DE AUTOESTIMA descargues las instrucciones de esta página: http://www.vivirlibre.org/files/diario.pdf

Comentarios

Entradas más populares de este blog

HOY TENGO MIS PROPIAS ALAS...

Te voy a enlistar algunas características BÁSICAS de las mujeres que SE AMAN demasiado: 1.       Las mujeres que se aman demasiado ejercen el principio del poder para elegir y son ‘poderosas’ por ello. 2.       Las mujeres que se aman demasiado aprenden que el amor es un principio. De esta forma, aprenden a amarse a ellas mismas, única forma viable de ofrecer amor auténtico y verdadero a otros. Se educan emocionalmente, no sólo a nivel intelectual. 3.       Las mujeres que se aman demasiado son mujeres que no temen a la crítica porque tienen una autoestima alta, lo que genera una gran autoconfianza, es decir creen en ellas mismas y en su capacidad de hacer que las cosas sucedan. 4.       Las mujeres que se aman demasiado no temen el no ser aprobadas por otros por no ser abnegadas y tolerarlo todo, porque se aprueban a ellas mismas. 5.       Las mujeres que se aman demasiado viven basando sus elecciones en principios y en valores basados en ellos. 6.       Las mujeres q

Una relación sana se construye

Para lograr amarnos a nosotras mismas, es necesario conocer más sobre las relaciones vinculares y sobre las diferentes clases de dependencias. Una relación sana se construye. Así sea con otros, o con nosotras mismas. El proceso ideal tiene cuatro  etapas o estadios y empieza cuando nacemos, cuando somos absolutamente dependientes de nuestra madre, y culmina cuando, aproximadamente 25 años después, llegamos a la interdependencia y somos capaces de amarnos, amar al otro y ser amadas en una relación de pareja estable, profunda y duradera. En este camino existen etapas intermedias: la contradependencia, la autodependencia o mal llamada independencia y, al final, la interdependencia. Las vivencias desde nuestra primera infancia son determinantes para nuestras relaciones futuras. Y aunque infancia no sea destino, la forma en la cual dependemos cuando somos adultas, tiene mucho que ver con el tipo de familia en la que nacimos y crecimos. De acuerdo con Erich Fromm, existen

PRINCIPIOS QUE RIGEN LA VIDA DE LAS PERSONAS QUE SE AMAN DEMASIADO CUARTO PRINCIPIO

PRINCIPIOS QUE RIGEN LA VIDA DE LAS PERSONAS QUE SE AMAN DEMASIADO  CUARTO PRINCIPIO Las mujeres que se aman demasiado viven basando sus elecciones en principios y en valores basados en ellos. Libro "Las mujeres que SE AMAN demasiado" Escrito por Gabriela Torres de Moroso Bussetti México 2015.