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Separación terapéutica... para mantenernos unidos?

Estimados pacientes:
Soy Gabriela Torres, Gabby. Gracias a ambos por elegirme como su psicoterapeuta de pareja.

Son relativamente pocas las parejas en las que jamás se haya contemplado la posibilidad de una separación.  Como terapeuta de pareja, intento siempre, que separarse, no sea la primera opción -sino justamente la última-  cuando una pareja se encuentra en problemas y la uso como un último recurso PARA MANTENER A LA PAREJA UNIDA.

Sólo cuando la terapia de pareja, durante un tiempo prudencial no ha logrado que la pareja aprenda a jugar a ganar-ganar, considero una separación terapéutica para que la pareja se mantenga, sobre todo cuando existen hijos en común y no hablamos sólo de una pareja, sino de una familia. Al ejercer mi profesión, elijo ser la psicoterapeuta de pareja que quisiera que tuvieran mis hijos llegada la necesidad.

Una separación NO TERAPEUTICA es considerada como la antesala del divorcio por todos los peligros a los que se ve expuesta una persona con frustraciones, resentimientos, soledad, influencias de gente ajena, sin la presencia de la persona más solidaria y afectivamente cercana. En muchos casos es una brecha que puede ensancharse tanto que estas dos personas, en orillas opuestas, pueden terminar no reconociéndose y no reconciliándose.
Por esto es preferible, antes de que se produzca una crisis y se termine en una separación abierta, indefinida (hostil, en el peor de los casos), proponerse darse un tiempo sin la presencia del otro para analizar los problemas presentes en la relación de pareja y luego de reconocerlos y aceptarlos, encontrarles una solución ayudados siempre por un terapeuta.

A este procedimiento se lo denomina separación terapéutica, esto es, un periodo relativamente corto (90 días) en el que la relación de pareja, con ayuda profesional, trabajará individualmente y en pareja con el propósito exclusivo de mejorar la relación. No debe existir, por ninguno de los dos lados, una tercera persona (no son “vacaciones”), y por lo general se sugiere que durante el primer mes no exista contacto físico y haya mínima comunicación (para darse cuenta de cómo sería la vida sin el otro).  Los hijos deben saber lo que está sucediendo y mantener contacto con el padre ausente.   Los problemas se analizarán y resolverán únicamente en el contexto profesional, nunca directamente.

En la segunda fase (A partir de los 21 días) retomaremos la terapia en pareja y quizá comenzarán a salir solos y luego con los hijos, en la medida en que los problemas se vayan resolviendo.  Las visitas al terapeuta comenzarán a hacerse en pareja hasta que se cumpla el plazo acordado (90 días). En el mejor de los casos, y de común acuerdo, el plazo puede reducirse al evidenciarse el fortalecimiento de la relación de pareja.
 

ACUERDO DE SEPARACIÓN TERAPÉUTICA entre partes el Sr. ____________________________ y la Sra._____________________________________ y no puede constituirse como ningún punto referencial en una separación legal futura si llegara a ocurrir.

Punto número UNO: AMBOS NOS COMPROMETEMOS A SEGUIR EN TRATAMIENTO PSICOTERAPEUTICO PROFESIONAL. Ninguna separación terapéutica puede ser establecida sin ayuda profesional de por medio es decir un psicoterapeuta de pareja, por ejemplo, el tema es que la parte agresora debe reconocer frente a un tercero la existencia de un problema y la necesidad de solucionarlo, normalmente este el paso más difícil. El proceso de la separación debe tener un objetivo, en este caso quizá es el tiempo ideal para solucionar cosas del pasado de cada uno o en pareja, la idea principal es que al final del periodo de tiempo se pueda llegar a una solución ganar-ganar, y para eso se necesita terapia. 

Punto número DOS: FIDELIDAD Y EXCLUSIVIDAD. En el caso de que el motivo de una separación terapéutica sea debido a infidelidad de una de las partes, este debe hacerse del compromiso de terminar esa relación antes de la separación, puesto que se pretende que dicha separación sea dada para solucionar problemas del individuo, y si mantiene una de las dos relaciones de seguro la separación no le ayudara de nada. Por otro lado, si el motivo de la separación es debido a agresión en la pareja es necesario que se realice un compromiso entre las partes y la psicoterapeuta en la búsqueda de ayuda para el manejo de la ira del individuo.
Punto número TRES: Espacios. Ambos miembros de la pareja acuerdan que mientras dure esta separación terapéutica,  el SR. __________________ -y los niños cuando le toquen- vivirán en ______________________, mientras que la Señora -y los niños cuando le toque-  vivirán en _____________________________, Es necesario que se quede muy en claro cuál será el espacio de acción de cada uno, así por ejemplo pueden quedar prohibidas por mutuo acuerdo las llamadas telefónicas, comunicación por e-mail y contacto sexual ocasional o regular. Si una de las partes o ambas infringen las reglas se vuelve el contador del tiempo a cero.

Punto número CUATRO: Tiempo. De acuerdo a cada pareja y según el terapeuta los tiempos pueden variar entre 90 y 180 días. La pareja acuerda que, en una primera fase la separación terapéutica tendrá una duración de 90 días.
La pareja acuerda que tendremos reuniones psicoterapéuticas donde se reunirán a los 21, 42, 63, 84 y 90 días y definiremos qué sigue. Los plazos ejercen una acción positiva sobre la reflexión y el trabajo personal necesarios en el proceso.
El tiempo entre 90 y 180 días es porque toda separación terapéutica no debe ser excesivamente corta pero tampoco no debe romperse de forma temprana. La separación va a generar sobre todo al comienzo muchas dinámicas personales que necesitan asentarse. La euforia o la sensación depresiva, la sensación de carencia o de libertad, las facilidades o dificultades de “auto-organizarse” tiempos, actividades… y otros elementos requieren de un tiempo de estabilización y adaptación y para ello el factor tiempo es importante.
 
Punto número CINCO: Responsabilidades.  Al igual que todo en la vida, las separaciones terapéuticas tienen responsabilidades, es decir la idea entre otras cosas es que quienes participan de una separación terapéutica, tengan una idea aproximada a lo que es el divorcio, todos conocemos na pareja de divorciados y saben que las responsabilidades de ambos no terminan con la firma del documento “de libertad”.
CASA (RENTA O HIPOTECA)
GASTOS DE MANUTENCIÓN
AUTOS
COLEGIATURAS
GASTOS MÉDICOS
VACACIONES
DIVERSIONES
Todos los puntos no mencionados anteriormente

Normalmente las personas suelen necesitar documentos escritos que avalen lo ofrecido por las partes en una negociación, así es que de tal forma esta no sería la excepción y con ello se debe poner por escrito cada una de las conclusiones a las que se llegue. No se preocupen, este acuerdo de separación terapéutica no podrá usarse como base para una separación legal posterior, si desafortunadamente esta llegara a ocurrir.
La separación terapéutica es una opción que se puede tomar en un proceso de conflicto de pareja, puede ser una buena medida de reflexión y conciliación o ser un nuevo problema, depende de cómo se lleve a cabo. Es una opción delicada y por ello ha de tratarse con sumo cuidado y respetando cada punto de este acuerdo.
La separación terapéutica es una buena opción cuando la tensión acumulada hace que la convivencia en la pareja sea difícilmente sostenible e impida cualquier tipo de comunicación orientada a la resolución del problema o la mínima toma de distancia necesaria para la reflexión sobre la situación. La separación terapéutica puede ayudar a eliminar tensión sobre la situación, evitar agravar el conflicto y tomar perspectiva.

La distancia física, tiempo y espacio personales y la ruptura de rutinas, en el mejor de los casos ayuda a revisar la historia de la relación, a ver a la persona con la que en un momento decidimos compartir nuestra vida y a aclarar los sentimientos y necesidades que nos han unido, que nos unen y que queremos que nos unan.
Pero la separación terapéutica en sí misma no es una varita mágica. Su potencialidad requiere de acompañamiento profesional, trabajo y seguimiento. No solo es importante aclarar los objetivos sino trabajar sobre ellos durante el proceso. Examinar lo que no funciona y plantearse qué es lo que se necesita para que funcione. Aprender a perdonar y a perdonarse también es importante y un profesional que nos confronte con la parte nuestra que contribuyó a que nuestra relación fuese disfuncional hasta ahora es muy importante.

¿Y después?
Cuando el tiempo decidido ha pasado y aun habiendo un seguimiento durante el proceso, es momento de tomar una decisión. La pareja decidirá si retornan a la convivencia o, por el contrario, deciden separarse definitivamente e iniciar los trámites legales de divorcio en el caso de que haya matrimonio. Para entonces quizá en su terapia ya se haya trabajado mucho el tema del divorcio emocional. Debo reconocer que en 25 años como terapeuta, cerca del 70% de las parejas se salvan gracias a una separación terapéutica bien llevada y sostenida.

La decisión de volver a convivir genera una nueva etapa que hay que encarar como tal. Una separación temporal marca un antes y un después en la vida de cada uno y en la relación. Suponemos que se ha producido un proceso de reflexión sobre la relación en pareja y se ha recuperado el imprescindible espacio personal que contribuye a que el sistema de pareja sea dinámico y genere un enriquecimiento y crecimiento mutuo a través del proyecto común. Recordemos que para jugar ganar-ganar hacen falta al menos dos ingredientes indispensables: Amor y perdón...

Las dificultades, los problemas, algunas tendencias personales y relacionales no van a desaparecer mágicamente, pero la terapia individual y de pareja harán maravillas si el terapeuta sabe lo que hace.

Sin embargo, ahora dispondrán de una mayor perspectiva y habrán cultivado algunas habilidades y herramientas emocionales que les harán encarar los obstáculos con mayor eficacia.

La decisión de separarse definitivamente se basará sobre las mismas bases que comentábamos sobre la decisión de volver a convivir: reflexión sobre la relación y espacio personal. Desde aquí el proceso puede llevarse a cabo con mayor calma y colaboración.
Resumiendo.
• Claridad en los objetivos.
• Claridad en las formas y las normas.
• Claridad en los plazos.
• Trabajo y supervisión durante el proceso.
Todo esto ayudará a evitar el Divorcio emocional.
 
Fragmento del libro:
"Divorcio emocional"
Autora Gabriela Torres de Moroso Bussetti®
Editorial Éxodo
www.divorcioemocional.com

“Nos conocemos. En el fondo, lo quieras o no, después de los años de convivencia y los hijos, aunque nos separemos y posteriormente nos divorciemos, nunca dejaremos de tener nunca una relación. Porque el divorcio puede acabar con la pareja conyugal, mas no con la pareja parental”.Gabby Torres de Moroso Bussetti

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