Una mujer que se ama demasiado elige rememorar las veces que le hicieron daño de niña y aprender a perdonar a esas personas, pues entiende que el no perdonarles es como tomar un veneno, esperando que mate a quienes la dañaron. Aplicando el principio de verdad sabemos que en realidad eso no ocurre. Cuando uno no perdona, quien se daña es uno mismo. Sí. Por más que nos haya dañado una persona, el odio y el rencor en nuestro corazón sólo nos dañan a nosotras mismas, y como mujeres inteligentes emocionalmente que somos, elegimos la respuesta correcta (y no sólo dañarnos bien) ante el estímulo. Puedes elegir odiar. Odiar a tu padre por abandonar a tu madre y quizá también a tus hermanos y a ti, cuando fuiste niña. Eso está bien. Es lo justo, por haberlos abandonado. Odiarlo está bien. Lo merece. Pero haciendo consciente lo inconsciente, como una mujer que está aprendiendo a amarse auténtica y verdaderamente a ella misma, ahora eres consiente ya, a esta altura del partido, de que tu in...